Existen muy pocas ciudades, de tamaño considerable, en la selva. Pero mucho más extraño, es que exista una gran porción de selva dentro de una enorme zona urbana.
Río de Janeiro es una ciudad maravillosa, no sólo por su inigualable entorno paisajístico, sino además, por saber conservar a pesar de todos los obstáculos, un porción de selva en medio de sus extensos barrios, como lo es la reserva de Tijuca, un Parque Nacional declarado como Patrimonio y Reserva de Biósfera por la UNESCO.
Río de Janeiro es una ciudad maravillosa, no sólo por su inigualable entorno paisajístico, sino además, por saber conservar a pesar de todos los obstáculos, un porción de selva en medio de sus extensos barrios, como lo es la reserva de Tijuca, un Parque Nacional declarado como Patrimonio y Reserva de Biósfera por la UNESCO.
Podéis pasar el día en la Tijuca. Hay multitud de rutas que hacer. Incluso podéis repetir otro día. Creedme, es inmnenso. Desde aquí, podréis disfrutar también de una excelente panorámica de la ciudad, comparable a la famosa del Corcovado, y sin pagar ni un centavo. Sin cámaras de fotos a nuestro alrededor, sólo la selva en estado puro.
Informaos en la entrada del parque con ayuda del guarda-bosques. Él os informará sobre distintos recorridos en el parque. Además, en la entrada hay unos mapas con las distintas rutas y su duración aproximada.
- Nosotro hicimos una ruta hasta Boa Vista, el punto más alto de Tijuca. Tardamos unas cuatro horas en ir y volver. En ocasiones el camino se cierra, devorado por la espesura selvática. No desistáis y seguid, porque al final llegaréis y habrá merecido la pena. Es una selva dentro de la ciudad.