lunes, 14 de septiembre de 2009
De camino a Boipeba, haciendo noche en Cairú
El recorrido que nosotros hicimos para llegar no es muy recomendable, ya que el tiempo se nos echó encima y tuvimos que parar en un pueblo remoto de carretera. Eso si, bañado por los brazos de un mar que penetran en estas tierras. Solos allí, Ana y yo, ni una triste luz en una carretera solitaria, y con las mochilas a hombros. La cosa pintaba fea. En un lugar como estos no abundan posadas, por lo que hay que hablar con la gente del lugar. Por lo general, los brasileños son hospitalarios e, incluso pueden ofreceros su casa sin pedir nada a cambio. Nuestro mayor enemigo era la oscuridad y que nuestras pintas no invitaban a la confianza. Al final, una señora muy amable nos acogía en su casa encantada tras conversar un rato con ella. Barajamos esta posibilidad, pero no queríamos molestar. Fuimos al embarcadero del río y allí encontramos al Barquero, que nos dijo que en una hora saldía hacia Cairú, donde al día siguiente podríamos coger un barco hacia Boipeba. Conversamos con él sobre el precio. Se trataba de una lancha rápida. Por lo general son caras, pero ésta debía ser utilizada por la población local, y costaba tan sólo 6 reales por cabeza. La razón de los precios es que no es un lugar frecuentado por los turistas para llegar a Boipeba. La gente a menudo va desde Salvador via Itaparica o desde Valenza.
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