Nada de aglomeraciones playeras como ocurre en Copacabana o Ipanema, ni de cazadores furtivos buscando turistas a los que vender bikinis de colores. Aquí encontraréis un paraíso para campar a vuestras anchas.
Veréis una playa oceánica con fuerte oleaje, ideal para los surfistas más atrevidos. La playa está rodeada por un entorno increíble. Espesura verde a nuestra espalda con la vegetación típica de la mata atlantica, Hay dos impresionantes morros a cada lado que uno no puede parar de mirar. ¡Son enormes!. Uno parece una hormiguita insignificante al lado de esta inmensidad.
-Disfrutamos de una jornada en la playa inolvidable. Cuando faltaba a penas una hora para que anocheciera, nos fuimos al chiringuito de la playa (está en el lado derecho mirando desde el mar) donde comimos unos sandwichs y tomamos una cerveza Antártida Original (bien helada).
Luego hicimos el camino de vuelta a Rio. Esta vez todo en Omnibus hasta llegar al lugar donde se coge en Ferry para cruzar de nuevo a Rio.
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